miércoles, 18 de mayo de 2016

Separatas

Todo historiador que se precie, debe tener una buena colección de separatas donde se recojan los artículos de revistas especializadas, publicados por los colegas y los grandes maestros. Acabo de adquirir una de Manuel Giménez Fernández, el político y profesor de Derecho Canónico, ilustre sevillano, donde defiende a Bartolomé de las Casas, el apóstol de los indios americanos. Y es que en la construcción de la leyenda negra antiespañola pesaron mucho los textos lascasianos, pero también es cierto que el buen dominico tuvo detractores acérrimos, que lo consideraban un paranoico antipatriota, un hipercrítico de la colonización hispana. En este trabajo, presentado a un congreso americanista,nuestro autor polemiza nada menos que con el insigne Menéndez Pidal, adalid del movimiento antilascasiano que surgia en la España imperial de la posguerra franquista. Giménez Fernández defiende el buen nombre de Fray Bartolomé y su limpia ejecutoria. Ahora que en la Iglesia Católica tenemos la suerte de contar con un hombre justo como el Papa Francisco, no sería mal momento de ir pensando en elevar a los altares y hacer santo a Bartolomé de las Casas. He disfrutado tanto de su lectura, que estoy motivado para investigar más sobre ambos.

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