Como una herida profunda en el alma, como un escalofrío...así he sentido al ver el estado en que ha quedado el mirador de la Plaza de la Fuenseca.El patrimonio cordobés se resiente y nadie pone remedio: Regina, Madre de Dios,y un largo étcetera de edificios abandonados por la desidia de unos y otros.Pienso en Julio Romero de Torres, que utilizó este espacio emblémático de la ciudad en algunos de sus cuadros y aunque no soy cordobés quiero alzar mi voz para pedir una urgente restauración de este rincón único de la ciudad que despertó al mayo festivo con la caída de buena parte de la techumbre del mirador de la fuente.
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