Por sexta o séptima vez, veo y me deleito con una de mis películas favoritas,"Rebelión en las aulas"(James Clavell,1967) en la que un colosal Sidney Poitier interpreta a Mark Thackeray, un ingeniero en paro que acepta un puesto de trabajo en un instituto del East End londinense, una zona marginal y con alta tasa de inmigrantes.Desde que comienza su nueva actividad, tiene una obsesión compulsiva por enviar cartas solicitando otro puesto de trabajo más acorde con su formación; de ahí que el típico buzón de correos británico sea uno de los protagonistas de la película. En algunas ocasiones, me recordaba a mi mismo cuando llegué a mi actual instituto en una barriada cordobesa y no paraba de pensar en irme a otro.Ahora no me mueve nadie de aquí,reina buen ambiente, el comportamiento del alumnado es aceptable y hay una normal relación con las familias, dispongo para mí uso del archivo del centro que se remonta a 1956 y estamos plenamente identificados con la idiosincracia del barrio...Por si todo ésto fuera poco, encima hay profesores que me recuerdan al ingeniero Thackeray, como otro ingeniero metido a tecnólogo que lo mismo te arregla cualquier desperfecto que resuelve los problemas académicos y de convivencia.Además tengo a mi alrededor revoloteando a dos ángeles que se ocupan de todo y así solo echo en falta a mi arcangel particular-escrito así con minúscula queda mejor-, pero ese pájaro ya se escapó de este nido hace tiempo. Bravo por Thackeray/Poitier y su forma de plantearse la educación y hasta que vuelva a verla de nuevo, que seguro que la película volverá a gustarme, incluso puede que más.
¿Qué bueno eres, Manué!
ResponderEliminar