viernes, 14 de diciembre de 2012

Cine y escuela

El uso de la cinematografía como recurso educativo viene de lejos.En España, la República lo incorporó a sus propuestas de renovación pedagógica y luego el franquismo tampoco lo desdeñó. En efecto, por decreto del 18 de diciembre de 1953, el Gobierno español creó en el Ministerio de Educación la Comisaría de Extensión Cultural, que posteriormente-el 28 de enero de 1954- se estructuró en  varios servicios, destacando cono uno de ellos el del Cine educativo y así se creó la Cinemateca Educativa Nacional por orden de 2 de abril.Entre sus fondos contaba con aparatos de proyección, catálogos de películas, de diapositivas, placas y materiales de proyección fija, sin olvidar la puesta en marcha del No-Do Cultural y la constitución en Madrid  del Aula de Cine educativo.

   He encontrado esta carta en los papeles del archivo de mi instituto-el Santa Catalina de Siena(Córdoba)-fechada en 1960, precísamente dirigida a nuestro centro cuando era colegio y en el que desde unos años atrás por iniciativa del Obispo Fray Albino venía funcionando un Cine escolar(tema del que ya nos hemos ocupado en otra entrada de nuestro blog).En ella la Cinemateca Educativa Nacional se dirigía al centro para ofrecer sus servicios.
  Los años sesenta vivieron un auténtico boom de la cinematografía: se multiplicaban las salas de proyección y el número de espectadores y en todas partes surgieron cine-clubes y foros cinematográficos.En los salones parroquiales, los locales juveniles, las universidades, institutos y escuelas,etc., en todos sitios el cine nos transportaba a otros mundos, nos hacía vivir apasionantes historias y evadirnos por el tiempo que duraba la proyección.Todos hemos tenido nuestro particular"Cinema Paradiso", pero yo fuí uno de los más afortunados pues a las pelis que me ponían en el cole se le unían las que veía casi todos los días en los cines de mi Andújar natal: el Avenida, el Tívoli.el San Eufrasio, el Español de Verano ...y es que mi primo Lolo era el portero y ahora ya puedo confesar que me dejaba entrar gratis.Ah! no sé si tendré que pagar un IVA retroactivo ahora que van a perseguir por fin a todos los morosos con la Hacienda pública y desde luego el Gobierno ha decidido que ir al cine ya no es una necesidad para nuestros atormentados espíritus, sino un lujo supérfluo que debe tributar al 21%.

No hay comentarios:

Publicar un comentario