sábado, 5 de mayo de 2012

Creer en los ángeles

Un premio para Ernesto Cardenal
Por Manuel Toribio

La reciente concesión del Premio Reina Sofía de Poesía al gran poeta de Nicaragua, Ernesto Cardenal ,me parece un acto de justicia por el ejemplo de una vida que demuestra que otro cristianismo es posible, que el humanismo no está reñido con la política y que lo único que merece la pena es ser coherente con ideas propias.Humilde ante la soberbia entronizada que le recriminaba su compromiso con la Revolución, su silencio era una forma de digna respuesta. Rebelde contra la deriva del sandinismo en una mala caricatura de lo que un día fue esperanza transformadora. Su poesía es clara y diáfana, limpia como su Solentiname-el rincón de ese castigado país que alberga una semilla de paz  y solidaridad.-
   En Mayo de 2010, tuve ocasión de asistir a un recital de su obra en Córdoba.Su imagen era la de siempre, la boina calada , la mirada prístina, la voz fuerte...Me firmó este libro "Oración fúnebre por Marilyn Monroe", de él son estos versos:
              "Señor,recibe a esta muchacha
               conocida en toda la tierra con  el
               nombre de Marilyn Monroe
               aunque ese no era su verdadero nombre
               (pero Tú conoces su verdadero
               nombre,
               el de la huerfanita violada a los nueve años
               y la empleadita de tienda que a los dieciséis
               se había querido matar)
               y que hora se presenta ante Ti
               sin ningún maquillaje
               sin su agente de prensa
               y sin firmar autógrafos
               sola como un astronauta
               frente a la noche espacial"
En el libro , Cardenal , deja abierto el interrogante de una vida rota, la de la actriz norteamericana que un día cualquiera de 1962 tomó una sobredosis de pastillas y alcohol para dormir y ya no despertó más.Un teléfono descolgado, una película que terminaba mal sin el el beso final que marca la felicidad al estilo Hollywood. .Cardenal cierra así su poema:
                "Señor
                 quienquiera que haya sido el que ella
                 iba a llamar y no llamó
                 (y tal vez no era nadie
                 o era Alguien
                 cuyo número no está en el Directorio
                 de Los Ángeles)
                  !Contesta Tú
                  el teléfono"
Desde siempre Marilyn ha sido uno de mis ángeles particulares, una presencia alada candorosa y sensual que me acompaña en mis sueños.

           


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