jueves, 29 de diciembre de 2011

URBANISMO CONTEMPORÁNEO EN ANDÚJAR: EL SIGLO XIX


URBANISMO CONTEMPORÁNEO EN ANDÚJAR: EL SIGLO XIX




Por Manuel Toribio García.

a) la difícil modernización.

            La Andújar  medieval y moderna, la de los palacios renacentistas, dotada de numerosas iglesias, conventos y edificios religiosos. La ciudad que había visto como al tortuoso urbanismo musulmán se le superponían plazas y altozanos barrocos; la villa constreñida por la muralla y que tenía el castillo como un punto central y a la Plaza del Mercado en torno a la parroquia de San Miguel como otro, va a ver como al entrar el siglo XIX, se transforma en una nueva urbe: la desamortización eclesiástica., la aparición de nuevas actividades económicas (una incipiente industrialización en torno a la transformación de productos agrarios y la llegada del ferrocarril) los cambios sociales que conllevan una nueva forma de vivir, especialmente por la conversión de la vieja oligarquía local de cuño nobiliario, en una burguesía que no solo aspira a seguir poseyendo la tierra, sino que busca nuevas formas de riqueza. Todo ello explica la nueva ciudad que va a surgir ahora, pero, veremos viendo uno a uno los principales hitos que suponen estos cambios que se podían resumir en una difícil modernización.
            Ya a fines del siglo XVIII, desde un planteamiento ilustrado crítico y reformador, se venía configurando, un nuevo modelo de planteamiento urbano, así cuando un personaje clave de la España de la época, como fue el abate Ponz,  visitó la ciudad a fines del siglo XVIII, va a emitir un duro juicio sobre la misma, extendiendo sus preocupaciones a la higiene, por ejemplo, le espanta, el hecho de que sus moradores acudan directamente al Guadalquivir para abastecerse de agua potable, la mala explotación de las tierras, el clima insano, que lleva a que sus habitantes sufran varias enfermedades endémicas. Sin olvidarse también de sus planteamientos estéticos, que le llevan a abominar del barroquismo tan presente en los monumentos locales, sin olvidar plantear la necesidad de reordenar todo el espacio extramuros creando un gran jardín (incluso nos da una lista de los árboles que deben plantarse entre la villa y el río: álamos, sauces, chopos, etc.), así como un paseo para disfrute de sus habitantes.
            A partir de la entrada de la centuria decimonónica, algunas de esas ideas ilustradas se llevan a la práctica, como por ejemplo, el trazado de un nuevo viario con calles rectas y espaciosas, como puede ser un ejemplo la Corredera de San Bartolomé, en torno a la bella iglesia gótica de igual nombre, o la de Capuchinos, que comenzaría en el arco neoclásico obra de Manuel Salgado, que aún hoy se conserva en las proximidades del Convento de la Divina Pastora, y que marcaba el trazado de la carretera de Madrid. Y es que Andujar siempre ha sido un lugar de paso, lo cual tenía numerosas ventajas pero alguna que otra contrapartida, por ejemplo, en 1842, los vecinos de la calle y plaza Gabriel Zamora pedirán que las diligencias no pasen por sus calles sino que circunvalen la ciudad por la Redonda de la Lagunilla
            A ambos ejes que venían a abrir como un puñal la ciudad amurallada, habrá que unir después los Jardines de Colón (siguiendo el impulso de las conmemoraciones colombinas en torno al IV Centenario del descubrimiento de América) erigido a los pies de los restos del Alcázar  árabe  y el Paseo de las Vistillas, que se situaba sobre un muro de contención para prevenir las crecidas del río. A lo largo de 1869, se realizan las obras en este paseo, que venía a sustituir al primer intento fallido de situarlo en El Sotillo, pues, como dice un documento del Archivo Municipal, este último “Estaba muy retirado de la población, donde para ir se necesitaba atravesar una parte del campo que tanto en invierno como en verano se halla impracticable por el lodo y el polvo”.
            En el centro de la villa, la Desamortización  supone otro golpe de gracia para consolidar  el espacio de la ciudad: aprovechando los enormes solares de los otrora riquísimos conventos cambia la fisonomía, por ejemplo, la calle San Francisco y Plaza Vieja, cuyo embaldosado data de 1.893, que toma su nombre del desaparecido monasterio franciscano y se convierte en el centro neurálgico del bullicio comercial , con numerosos bares y tabernas, confiterías, tiendas especializadas, y, bien entrado el siglo los primeros intentos por construir la que estaba llamada a ser a comienzos del siglo XX una de las más bellas plazas de abastos de Andalucía, para lo cual en 1.870 se había formalizado una agrupación empresarial denominada Centro industrial de la ciudad de Andújar.
            Andújar sigue siendo un punto central de las comunicaciones entre la Meseta castellana y las tierras del sur, quizás esta situación estratégica explique el protagonismo que ha tenido en la historia contemporánea de nuestro país:

-En 1808 se firman aquí las Capitulaciones de la Batalla de Bailén, donde el ejército napoleónico sufre una severa derrota.

-         En 1823, las tropas francesas partidarias de restaurar el absolutismo en la figura de Fernando VII “Los cien mil hijos de San Luís” al mando del Duque de Angulema promulgarán las famosas Ordenanzas de llevan el nombre de Andujar.

-         En 1835, se convierte en la sede de la Junta Central Suprema de las Andalucías, que según Blas Infante fue el inicio del nacionalismo andaluz, episodio también estudiado por el tristemente desaparecido profesor Machado Grima.

-         1869, la Asamblea Federal de Andalucía, se reúne en esta ciudad.

La ciudad sufrirá las consecuencias de las guerras: entre 1.808 – 1.812 la presencia de las tropas francesas y los avatares del conflicto bélico conllevan la destrucción de calles y daños severos en edificios, como por ejemplo, en el palacio municipal. Posteriormente las guerras carlistas y los conatos revolucionarios dejarán también su marca por ejemplo en el caso del castillo considerado un objetivo militar de primer orden, o el Puente Romano el cual también sufriría el impacto de las crecidas del río.

Sin olvidar tampoco las visitas regias como la de Isabel II, que en 1862, de paso para otros lugares andaluces nos visitó y al calor de la estancia regia, comenzaron una serie  de obras: empedrado de las calles, cárcel nueva, ornato de edificios públicos y particulares, etc.
            El XIX, es un siglo de grandes transformaciones, a nivel demográfico, el diccionario Madoz de 1845 apunta la cifra de 23.831 habitantes para todo el partido judicial, que comprendía las poblaciones de la comarca, mientras que en 1870 es de 30.875 habitantes de los que Andújar por si sola supone 13907. Se superan varias epidemias como el cólera y la fiebre amarilla, en lo que tuvo mucho que ver las medidas higiénicas, como los intentos de poner en marcha una estación potabilizadora de aguas a mediados de siglo ( ya que como hemos indicado la población se surtía directamente del río o del agua que venía de los manantiales de la sierra a las fuentes de la Plaza de Mestanza , del Mercado y del Convento de Santa Clara), el fin de los enterramientos en iglesias pues ya desde 1.807 se comienza a plantear la necesidad de que la villa cuente con un cementerio municipal  , la mejora de la alimentación.
            La revolución industrial, si bien adaptada a una moderada versión local, también se deja notar, así el diccionario geográfico de Riera y Sanz de 1.881, nos indica la existencia de varias almazaras para obtener aceite de oliva llegando en algún caso a utilizar el vapor como fuente de energía; los talleres de alfarería, con la presencia documentada de las piezas de cerámica iliturgitana en la exposición universal de Londres, fábricas de aguardiente, pólvora, jabón, pequeñas manufacturas textiles, talleres de las vías férreas. A lo que hay que añadir pequeñas explotaciones mineras, como cobre en la Dehesa de la Bovedilla, documentada en 1.870 por obra del ingeniero madrileño J. Arnau, el mismo que había construido canales de riego a partir del río. Los molinos de aceite situados en el Arroyo Mestanza, la Lagunilla y la Pontanilla comienzan a ser un problema por los vertidos de alpechín que estropeaban el lavadero público que existían en el arroyo. Además desde 1.874 comienza a funcionar el matadero municipal que también hacia sus vertidos a este mismo cauce.
            Y junto a la incipiente industrialización, la nueva ciudad va surgiendo como queda patente, en el  salto del trazado viario por encima del corsé de la vieja muralla medieval: en 1.768 ya tenemos noticias de que se le concedía permiso al prior de la Iglesia de San  Miguel para abrir  un postigo en la muralla por la calle del Hoyo. En 1.804, se desmorona un torreón por efecto de los temporales. A mediados del XIX es demolida la puerta del Peso de la Harina, y en 1.862 el Arco Chico y el Arco Grande, que comunicaba la muralla con el castillo con motivo de la visita regia de 1.862. En 1865 hay otro derribo parcial en torno a la Puerta del Alcázar. Mientras que el castillo había sufrido serios daños en 1.839, cuando la ciudad se vio atacada por la facción de Gómez, un bandolero carlista que iba camino de Córdoba.
            En 1.864, se realizan las ansiadas obras de la traída del agua por el ingeniero Luís de la Escosura, pero el autentico espaldarazo para la modernización lo va a suponer la llegada  del ferrocarril.


b) la llegada del ferrocarril y la nueva estructura urbana.

            A mediados del XIX había una clara situación de crisis a nivel local: numerosos jornaleros sin empleo, campos abandonados, decepción ante los escasos beneficios de la desamortización, la industrialización lenta y tardía…….De tal forma que se generalizaba la percepción  de que la única salida posible era la llegada del ferrocarril tal y como se refleja en las actas capitulares “La próxima colonización de nuestra extensa Sierra Morena, tan pronto como corran las locomotoras, ha de influir necesariamente en el mayor número de vecinos “.
            En 1.859 un grupo de burgueses locales se constituyen en representantes de la Junta Directiva de la gestión de ferrocarriles de la provincia en Jaén, encabezados por D. Pedro Manuel de Acuña y Espinosa de los Monteros. A partir de ahí se inicia un largo proceso lleno de sinsabores y numerosas expectativas frustradas, primero porque en la prensa de 1.871 se publican noticias de que se quiere enlazar Linares y su comarca minera con Manzanares y Alicante sin seguir hacia el sur, después que se iba a trazar una línea entre Córdoba y Málaga sin continuar hasta aquí, y en 1.862, que se iba a trazar la línea férrea Jaén-Espeluy sin contactar con las anteriormente citadas.
            Andujar teme quedarse aislada y acude en 1.873 a un personaje de la talla de D. Francisco Serrano con el que nuestros prohombres locales se entrevistan y quien poco después remitirá una carta relatando sus conversaciones con el todopoderoso D. José de Salamanca, quien consideraba inviable alargar la vía férrea desde Granada a Andujar. Por fin en 1.865 llegaría a nuestra ciudad la línea férrea que desde Córdoba enlazaba con  Manzanares.
            El ferrocarril venía a resaltar el papel estratégico de la ciudad en cuanto a comunicaciones pues a la carretera general Madrid-Cádiz se le viene  a unir en 1.867 el proyecto de otra carretera a Puertollano a través de la sierra.
            En lo que se refiere a la estructura urbana, la  ciudad aparece dividida en 1.813 en tres barrios en torno a las tres parroquias de San Miguel, San Bartolomé y Santa María. En 1.815 la división es en cinco cuarteles:

  1. Plaza de Mestanza.
  2. Las tres parroquias antes citadas.
  3. Ollerías.
  4. Monjas de la Concepción.
  5. Mesones.

A la hora de efectuar el patrón de 1.850 se hará atendiendo a las cinco parroquias: Santa María, San Miguel, San Bartolomé, Santiago y Santa Marina.
            En 1.900 la ciudad cuenta con doce altozanos, siete plazas, dos correderas, dos accesorias y ciento una calles. Esta es la nueva Andujar que ha surgido ahora.

c) las  formas de vivir.

            La burguesía vive en los antiguos palacios y mansiones, siendo significativa la escasa actividad constructiva desarrollada en Andujar especialmente en la primera mitad del XIX donde solo podemos datar una casa en la calle de la Plaza similar a otra que se construyen en Jaén capital. Algunos de estos palacios sufren remodelaciones como es el caso de la casa renacentista de Los Niños de Don Gome que ya sufrió una reforma a principios de siglo. En 1.841 se construye el muro almenado y calado de vanos de medio punto que permitía desde la C/ Maestra la visión de la monumental portada de la casa, cargada de escudos y otros elementos relacionados con el apellido Valdivia y siete años después se termina el altozano de Los Niños de Don Gome. El edificio ya era considerado en esta misma época como un monumento histórico único en nuestra población.
            En el ultimo tercio del XIX se recupera el pulso constructivo unido a la política de obras publicas de los ayuntamientos de la restauración. De esta época es la Casa de los Saenz de Tejada (1.882) con un bello jardín romántico tristemente desaparecido recientemente, o la Casa Figueras de 1.897 ejemplo de la arquitectura historicista de inspiración omeya.
            Esta burguesía se divierte, en Andujar contamos con dos teatros: el Olimpo y el Principal, una sociedad filarmónica y varios casinos, como el de Labradores, el Mercantil y Agrícola, el Liceo la Perla  y sobre todo, el Círculo Artístico cuya licencia de apertura data de 1.868, ejemplo de esos casinos provincianos que luego también describiría el poeta Antonio Machado donde se acudía a leer la prensa; que en Andujar cuenta con cabeceras propias como “ El Olimpo, La Violeta, El Ideal de Andújar, El Betis, El Eco de Alcolea, que se editaba desde ese mismo año por Francisco Pérez de la Blanca, jefe de la estación telegráfica local “; o simplemente charlar, fumar, pasar el rato  cuando se está ocioso o como no a hablar de política e intentar  hacer caer gobiernos.
            El espectáculo de masas  por antonomasia son las corridas taurinas a las cuales acuden ricos y pobres, así en 1.894 se construye la neomudéjar plaza de toros que continúa con la tradición taurina que se remontaba a varios siglos atrás cuando había costumbre de correr toros en la Plaza del Mercado. Por estas mismas fechas hay que anotar también un velódromo ( en 1892, el club velocipédico de Andujar consigue unos terrenos en el jardín-vivero municipal para usarlos para tal fin), un reñidero de gallos, una biblioteca popular, etc.
            Los moradores de la urbe, quieren vivir a tono con el progreso tecnológico y científico de la época del que su máximo exponente es la electricidad: para sustituir el viejo alumbrado de 1.841 dotado con 122 faroles, en 1.895 el ingeniero J.J. Cerrillo obtiene la primera concesión para el establecimiento de alumbrado eléctrico, ya que había fracasado el proyecto de treinta años atrás del ingeniero inglés Mr. Thomas de instalar un gasómetro que utilizara el gas como medio de iluminación. Ese mismo año de 1.895 la casa  Abrahamson se queda con la licencia que pasará luego muy pronto a la compañía La Electra del Guadalquivir.
            Pero no todo el mundo vive igual, hay que tener en cuenta que más de la mitad de la población eran jornaleros, y muchos de ellos tenían un nivel muy precario de subsistencia ocupando casas de vecinos, las famosas corralas. Desde mediados del XIX tenemos muchos datos de la cuantiosa población activa en paro forzoso y de los balbuceos de un movimiento contestatario a través de las sociedades obreras de filiación republicana y socialista que aspiraba a una mejora de las condiciones de vida. El otro gran problema, junto con la vivienda, era el analfabetismo con tasas altísimas, escuelas muy sencillas y realmente este problema no se acometerá definitivamente hasta la II República, si bien, ahora se quiere poner en marcha un Instituto de Segunda Enseñanza para lo cual se pensaba en la antigua Iglesia de San Juan de Dios. Sabemos que su vida fue efímera aunque en 1.879 contaba con cuarenta alumnos.
           
d) una Feria famosa.

            A lo largo del siglo, el nombre de Andújar fue cobrando pujanza, se le comparaba con otras ciudades: la Córdoba chiquita, la nueva Sevilla, la Jerez del norte, etc. En toda España se nos conocería por nuestra Romería de la Virgen de la Cabeza que el último domingo del mes de abril congregaba a una ingente cantidad de romeros de todas partes e incluso a la Familia Real, y también por la Feria de Septiembre que surgió en paralelo a un certamen ganadero en las proximidades de los Jardines de Colón, los cuales datan de 1.805 por idea del Marqués de la Merced, aprovechando el manantial de agua de la Fuente Sorda. Estos días de feria  en la explanada que había desde el puente se hacían los tratos y apaños para comprar y vender los mulos, asnos y todo tipo de caballería, mientras que al otro lado del puente, se ubicaba el ganado lanar,  los bueyes y el cabrío, mientras que el ganado de cerda se situaba en la zona comprendida desde la Puerta de Córdoba hasta la Huerta del Marqués del Cerro. Por una descripción documental que se conserva de la feria de 1.842 sabemos que se abrían en estos días tiendas de ropa y quincalla en la calle Ollerias, plaza de Mestanza, corredera de San Bartolomé……. Igualmente eran famosas la buñolerías de la Calderería…..




e) Conclusiones.

            A lo largo del devenir histórico del siglo XIX, nuestra ciudad se transformó en un difícil proceso de modernización que supuso el paso de la villa medieval a una pequeña agrociudad capitalista. El siglo XX supondría la radical  conversión de Andújar en una nueva urbe…..pero esa es ya otra historia. Los episodios de la alcaldía del Conde de la Quintería durante la dictadura de Primo de Rivera que trató de ocultar con sus pequeñas reformas la realidad sangrante de miserias de la población obrera y  campesina; la frustrada experiencia democrática del ayuntamiento republicano que intentó resolver problemas de difícil solución como la escasez de viviendas, el paro, la enfermedad (Andújar llegó a ser considerada como la ciudad de la lepra en los primeros momentos de la década de los treinta), los efectos de la guerra civil en los que tanto protagonismo tuvo Andújar (los bombardeos de represalias ordenados por Queipo de Llano para contrarrestar el asedio al Santuario de la Virgen de la Cabeza, destruyeron buena parte de los edificios más significativos de la villa); la reconstrucción franquista desde la consideración de región devastada; la feroz especulación inmobiliaria del desarrollismo de los años sesenta  y el conservacionismo que supone la llegada a los municipios de la transición democrática, son los elementos que ayudan a comprender la ciudad de hoy.




























           


           

BIBLIOGRAFÍA:

Santiago de Córdoba Ortega (1.986) “Andújar, luces y sombras” . Cuadernos de Historia nº 3 pp. 5-120
Manuel Toribio García (1.988) “Andújar, la difícil modernización 1.860-1880”.Boletín del Instituto de Estudios Jiennenses (Jaén, 1.988         pp.63-72).
Francisco Bellido Reca y Francisco Luis Vico Gallego (1.985) “Catalogación, fechación y ordenación de legajos del Archivo Municipal de Andújar” .Anuario de Historia Contemporánea nº 12,( Granada pp. 367-414).
Manuel Toribio García (1.995) . Fuentes e Historiografía sobre Andújar en el siglo XIX. Andújar 40 pp.
Juan Machado Grima (1.996).  Andújar y la Revolución andaluza de 1.835 . Andujar 40 pp.
Cecilio Barberán (1.960) . Andújar en la obra de Velázquez. Andujar 15 pp.
Carlos de Torres Laguna (1.981). Andújar  a través de sus actas capitulares 1.600-1850. Jaén 468 pp.


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