martes, 27 de diciembre de 2011

A propósito de un libro de Timothy Garton Arsh



Garton Ash, T. Historia del presente. Ensayos, retratos y crónicas de la Europa de los 90. Colección Tiempo de Memoria, Tusquets Editores, Barcelona, 2000, 503 páginas.
Por Manuel Toribio García

Timothy Garton Ash es profesor de Historia Contemporánea en Oxford, especializado en Europa Central y Oriental, asiduo colaborador de la prensa escrita -en España son frecuentes sus artículos en El País-. Autor de varios ensayos sobre la caída del muro de Berlín, la transición polaca al capitalismo y la democracia, la Ostpolitik alemana, etc. Conocido por su relato personal El Expediente, que reconstruye la información abierta sobre el mismo por la Stasi, antigua policía política de la DDR.

Nos ofrece ahora una recopilación de una treintena de artículos referidos a los acontecimientos vividos en Europa en el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1990 hasta el 3 de octubre de 1999, junto con una cronología en la que se van anotando los principales hechos históricos del periodo y un apéndice de mapas.

Ya en otra ocasión, tuvimos la oportunidad de considerar a Garton Ash como un híbrido de periodista, historiador y hasta una especie de nuevo James Bond -a eso juega de alguna manera en su libro El Expediente, pues en sus viajes a Berlín, para investigar los movimientos de resistencia al régimen nazi, aprovecha para establecer contactos con la oposición al régimen de Honecker-; de todo eso un poco hay en este nuevo libro que ahora reseñamos, pero lo que más nos interesa es, precisamente, la introducción del mismo, que es una reflexión sobre lo que significa escribir "la historia del presente", sus nuevas fuentes: los medios audiovisuales, Internet, testimonios orales… también los nuevos métodos, en los que desde luego, el historiador tradicional desaparece para, en su lugar, aparecer uno nuevo, que, en muchas ocasiones, es testigo directo y hasta protagonista -el caso de Garton Ash es paradigmático- de los acontecimientos que narra: "Quien escribe mientras ocurren los hechos deja documentado lo que la gente no sabía entonces…no conocemos las consecuencias de los hechos actuales… de forma que nuestra comprensión de su importancia histórica es mucho más especulativa y susceptible de revisión…" Así que Garton Ash formula las objeciones que se le pueden hacer a este tipo de historia, pero él afronta el riesgo de escribirla a pesar de todo.
También es cierto que la historia del presente puede ser considerada como periodismo o incluso como mera literatura. Aquí Garton Ash apela a uno de los grandes maestros de la historiografía actual, el también británico Hobsbawn "Es esencial que los historiadores defiendan la base de su disciplina: la supremacía de las pruebas. Aunque sus textos sean ficticios, la materia prima de esas ficciones la componen datos verificables".

Lo que sí puede ocurrir es que la historia del presente tenga que buscar nuevos cauces de expresión: quizás el mundo académico, la Universidad… estén dmasiados encorsetados para permitir su desarrollo y de ahí que tenga que ir a los mass media para poder tener salida. Sin embargo, el éxito editorial de publicaciones como ésta es quizás el mejor indicativo de que el público interesado en los temas de historia está ávido de historia del presente, de historia actual.

Este es probablemente el principal mérito del libro reseñado, la defensa de este nuevo tipo de hacer historia, por lo que es recomendable su lectura, a pesar del tufillo anticomunista que destila toda la obra de Garton Ash.

Manuel Toribio

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